El grooming o preparación que ejercen los abusadores sexuales se ha definido como el proceso utilizado por estos para facilitar el contacto sexual con un niño, niña o adolescente (NNA), evitando al mismo tiempo la detección. Si bien en general las cifras indican que los abusadores son en su mayor parte, personas de género masculino, ¿Qué pasa en el caso del abuso sexual perpetrado por mujeres? Se sabe que esta denuncia es muy baja: si bien las cifras de abuso sexual perpetrado por mujeres oscilan alrededor del 2,2%, según investigaciones la tasa real de abuso sexual perpetrado por una mujer es de alrededor de un 12%.
¿Por qué la denuncia es tan baja? Las tasas de denuncia de abuso sexual son bajas en general, se estima que solo alrededor de un 15% de las personas que sufren abusos denuncian el hecho. Además de las numerosas barreras para denunciar que enfrentan quienes sufren abuso, aquellos que informan que fueron abusados por una mujer pueden enfrentar barreras adicionales como estereotipos de masculinidad, respuestas negativas, culpa, incredulidad o la trivialización del incidente.
Para comprender mejor el abuso sexual perpetrado por mujeres, se han desarrollado varias tipologías o categorías de mujeres que abusan de NNA según sus características. De estas tipologías, las más relevantes corresponden a la “profesora/amante” y la “traficante sexual”.
- La “profesora/amante”
Generalmente abusa de los adolescentes varones a través de su posición de poder: seleccionan a hombres que son vulnerables, ya sea porque tienen situaciones difíciles en el hogar o porque son estudiantes tímidos y retraídos que no denunciarán. Debido a la naturaleza de la relación docente-estudiante, es fácil acceder al NNA y pasar tiempo juntos sin sospechas. Los padres o madres incluso pueden alentar esta relación, ya que se percibe al docente como digno de confianza, que solo busca ayudar a sus hijos con sus tareas escolares. Con las redes sociales, las comunicaciones pueden traspasar fácilmente los límites de una relación profesor-estudiante y convertirse en una relación de naturaleza sexual, la víctima a menudo considera que el comportamiento es consensual y solo comprende años después, que la relación fue un abuso. Las investigaciones han descubierto que quienes han sido abusados sexualmente por mujeres pueden tener las mismas o incluso mayores consecuencias negativas que quienes han sido abusadas por hombres. La víctima rara vez revela el abuso porque cree que tiene una relación real con la adulta y teme perderla y si la mujer teme ser descubierta, puede amenazar con consecuencias académicas y el término de la “relación”.
- La “traficante sexual”
El otro tipo de mujer que comete abuso sexual y que puede utilizar el grooming como parte del abuso es a quien llamamos traficante sexual. Estas mujeres se ven motivadas por ganancias económicas para ser un vínculo y conseguir víctimas para un tercero. Si bien se cree comúnmente que las mujeres involucradas en el tráfico sexual son coaccionadas, este no es el caso para todas las mujeres, muchas de estas participan voluntariamente en el reclutamiento de nuevas víctimas, utilizando comportamientos de captación para atraerlas al comercio sexual. Estas mujeres seleccionan adolescentes y mujeres jóvenes que sean vulnerables, que provengan de hogares abusivos, que se han escapado de su familia, han sido expulsadas, que viven en la calle o están en hogares de acogida, que enfrentan grandes carencias. Dada la falta de supervisión de los adultos, la traficante accede fácilmente a estas jóvenes a través de redes sociales, en centros comerciales o refugios para personas sin hogar. Las víctimas en estos casos se involucran con el traficante sexual con promesas de una vida mejor, acceso a vivienda, ropa nueva, comida y dinero.
Se desconoce mucho sobre las conductas utilizadas por mujeres que abusan de NNA, sin embargo, se sabe que estas abusadoras femeninas sí se involucran en acciones de grooming o preparación, lo que tiene implicaciones para la prevención del abuso sexual:
- Los padres, madres o tutores deben ser conscientes de que las mujeres también pueden utilizar estrategias de grooming sexual y, cuando hablen sobre la prevención de la violencia sexual con sus hijos, deben informarles cómo estos comportamientos pueden manifestarse también en mujeres.
- Las instituciones educativas deben ser conscientes de la tipología profesora/amante de las mujeres abusadoras y cómo esto puede manifestarse en los entornos educativos. Se deben implementar pautas estrictas para el contacto entre docentes y estudiantes y las capacitaciones de prevención de abuso deben abordar cómo esta puede presentarse cuando lo practican mujeres.
- Es necesario proteger a los adolescentes vulnerables de traficantes sexuales, muchos de los reclutadores son mujeres que intentan entablar amistad con adolescentes y mujeres jóvenes con la promesa de una vida mejor. Quienes trabajan con adolescentes en riesgo deben conocer estas estrategias e informarles sobre estas tácticas.
- El grooming por parte de las mujeres parece usarse principalmente con adolescentes, y debido a que existen estereotipos sociales de que las mujeres se preocupan y son más cariñosas, es más probable que estos comportamientos abusivos pasen desapercibidos.
- Los adolescentes que han sido abusados por mujeres pueden sentir que sus relaciones son consensuales o que han elegido voluntariamente participar en el tráfico a cambio de dinero y una vida mejor. Sin embargo, no debe olvidarse que siguen siendo NNA y que este tipo de abuso sexual tendrá consecuencias negativas a largo plazo, por lo tanto, ninguna relación entre una mujer adulta y un adolescente es consensuada y siempre requiere intervención.
Para obtener más información, consulte: Jeglic, E. L. y Calkins, CA. (2018).