El presidente y CEO de la consultora estadounidense Praesidium afirma que el auge de denuncias que se ha generado en nuestro país en las últimas semanas “es un fenómeno que se está dando en varios países, porque las víctimas se han empoderado y se sienten más seguras para hacerle saber a la sociedad lo que les ha sucedido”.
“Cuando los sobrevivientes de abusos sexuales ven casos muy graves de estos delitos en las noticias se sienten empoderados para salir y decir, ‘yo también´, como lo vimos con el movimiento #MeToo. Eso es exactamente lo que está pasando hoy en Chile”, afirma Aaron Lundberg, uno de los especialistas en prevención de abuso sexual con mayor experiencia en el mundo.
Lundberg es presidente y CEO de Praesidium, consultora norteamericana con más de 30 años de trayectoria en la prevención de abusos sexuales, y que cuenta con más de 5 mil clientes en Estados Unidos y otros 11 países. En su trabajo se relaciona directamente con los directorios de organizaciones orientadas a servicios de personas a gran escala para desarrollar, implementar y monitorear políticas de prevención de abuso y programas de capacitación.
El sicólogo realizó una visita a la filial que tiene la consultora en Chile, justo en momentos en que el país enfrenta una ola de denuncias por abusos, acosos y bullying en el ámbito educacional, poniendo en tela de juicio los programas de prevención y capacitación que tienen los establecimientos escolares para hacer frente a estas agresiones.
– ¿A qué atribuye que en este momento en Chile haya un auge de denuncias y un movimiento escolar que está denunciando públicamente estas agresiones?
Hemos visto un aumento en las acusaciones y denuncias, como ustedes tienen hoy en Chile, en todo el mundo y, por lo tanto, en varios países ya es un hecho que los sobrevivientes se están empoderando a través de diversas maneras, y se sienten seguros para denunciar y hacerle saber a la sociedad que esto les ha sucedido. Esto es algo realmente importante, y nos debe llevar a tomar acciones como sociedad para ayudarlos y, finalmente, responder para garantizar que este tipo de abuso no vuelva a ocurrir.
El contexto social impacta significativamente en la disposición de los sobrevivientes a denunciar su abuso y, por lo tanto, cuando la sociedad se abre y desestigmatiza el abuso, responde con compasión y demuestra que les cree, entonces las mujeres y los hombres se sienten más dispuestos a denunciar. Cuando una sociedad está cerrada, o hay una percepción de que esto no podría suceder aquí y no se habla del tema, es menos probable que los sobrevivientes denuncien, porque no tienen a nadie que los acompañe.
– ¿Cuál es el desafío de las organizaciones, tanto privadas como del Estado, frente a las víctimas que se están atreviendo a denunciar?
Así como vemos a hombres y mujeres valientes que se presentan y denuncian, también poco a poco nos estamos dando cuenta de que sí hay individuos e instituciones que están dispuestos a tomar la iniciativa y hacer una reforma real para ayudar a los sobrevivientes a denunciar y hacer frente a los abusos.
El mayor desafío para las organizaciones es demostrar con hechos concretos que hay un cambio real de la mirada que tienen del problema, que den un paso adelante y asuman el papel de liderazgo, haciendo todo lo posible para proteger a sus niños y niñas o adultos vulnerables del abuso. Porque el abuso sexual sí se puede prevenir. Pero no se trata solo de usar el sentido común, la prevención debe ser abordada desde un punto de vista profesional y experto, a través de especialistas que tienen las herramientas para ello.
– ¿Cuál es la importancia que le dan las organizaciones a la prevención de abusos y acosos sexuales a nivel mundial, diría que ha habido un cambio en los últimos diez años?
En los últimos diez años hemos visto un cambio notable en un par de cosas: la primera es, como hemos mencionado, la atmósfera en la cual los sobrevivientes están empezando a sentirse empoderados para denunciar, y hemos aprendido a ser más receptivos, a pesar de que aún hay mucho trabajo que debe hacerse y que varía según la región o el país. Lo otro es que los especialistas que nos dedicamos a la prevención hemos establecido nuevos estándares para la protección de los niños, niñas y jóvenes y, por lo tanto, las organizaciones deben adherirse a estándares de mejores prácticas de prevención de abuso cada vez más altas.
Hace 10 años realmente teníamos que trabajar con las organizaciones en la idea de tomar conciencia de que un abuso podría suceder y, ciertamente, todavía tenemos que hacerlo, pero esa conversación está comenzando a girar hacia un OK, ahora que nos enfrentamos al hecho de que sucede, ¿qué podemos hacer al respecto?
¿Considera que, aún en el siglo 21, este sigue siendo un tema tabú para la sociedad?
Sí, creo que este sigue siendo un tema tabú en muchas sociedades, en muchas culturas y muchas familias, por lo que el abuso sexual es algo muy difícil de tratar. Un incidente de este tipo es increíblemente devastador y, por lo tanto, la gente quiere evitar la idea de que cosas tan horribles podrían suceder dentro de su comunidad, su organización y su sociedad, por lo que creo que todavía hay mucho trabajo por hacer para ayudar a garantizar que continuemos en el camino de discutir abiertamente esto. Mientras como sociedad no se hable abiertamente de abuso sexual, no podremos evitarlo.