Lamentablemente, miles de niños, niñas o adolescentes son abusados sexualmente cada año y el abuso generalmente ocurre por parte de alguien a quien esta/ta conoce. Normalmente, este abuso sucede cuando el adulto busca privacidad con un niño, niña o adolescente. Praesidium recomienda que las organizaciones prohíban las interacciones individuales o a solas entre colaboradores/voluntarios y niños, niñas o adolescentes. Sin embargo, Praesidium también entiende que existen circunstancias en las que estas situaciones son inevitables (por ejemplo, al terminar una actividad extraprogramática cuando un niños, niñas o adolescentes queda solo). También es posible que los encuentros individuales sean parte de las actividades normales, como pueden ser entrenamientos, tutorías, etc. En estas situaciones, los miembros de la comunidad deben implementar reglas adicionales para controlar el riesgo de abuso o de acusaciones falsas.

Involucre a su supervisor/a

Si la reunión individual es necesaria, mantenga informado a su supervisor/a sobre la situación. Debe evitarse que sea el padre del niño, niña o adolescente quien le informe sobre un encuentro riesgoso.

Si la interacción individual es parte de las actividades normales, el supervisor debe revisar la documentación y registros de las reuniones, como también debe saber dónde se realizan las reuniones para programar supervisión por ese lugar.

Elija un entorno público

Si la interacción individual es necesaria, busque realizarla en un espacio abierto, por ejemplo, en áreas comunes. El lugar ideal es a la vista de otros adultos. Si se necesita un espacio más privado para hablar, que sea una sala accesible para otros miembros del personal, como una oficina en un pasillo central. Dé instrucciones para que se mantenga la puerta abierta y que tanto el adulto como el niño, niña o adolescente, estén visibles para otras personas. La reunión también puede realizarse en un espacio con ventanas no cubiertas, que permitan ver el interior de la habitación. El objetivo es elegir un espacio en el cual se pueda realizar la reunión o encuentro, mientras otros puedan observar fácilmente a los participantes.

Recuerde mantener un contacto físico apropiado

Algunos tipos de afecto físico pueden malinterpretarse o hacer sentir incómodo al niño, niña o adolescente. Evite abrazar o colocar su mano en cualquier parte del cuerpo de este y limite las muestras de afecto a palmadas en el hombro y saludos de mano.

Solicite observaciones o visitas aleatorias

Apóyese en sus compañeros de trabajo para que lo ayuden a protegerse a sí mismo y a los niños, niñas o adolescentes con los que se reúne. Pídales que pasen o visiten al azar el área donde usted estará reunido, al menos una vez durante cualquier reunión individual. Puede hacerle saber al niño, niña o adolescente que «X pasará por aquí en algún momento«, como garantía de que están siendo monitoreados y de que no están realmente solos. Cuando es una práctica estándar, estas observaciones o visitas aleatorias permiten respaldar el comportamiento cotidiano del personal.

Documente todo

Si alguna vez se produce un reclamo acerca de algo inapropiado que pudiera haberle ocurrido a un niño, niña o adolescente con el que se ha reunido, es necesario tener registros detallados de cada reunión. Si el encuentro individual ha sido no programado e inevitable, asegúrese de informar a su supervisor y documentarlo. Para situaciones individuales programadas previamente, anote la hora de inicio y término y el lugar de cada reunión, así como también un breve resumen de lo conversado.

Si surge algo inusual durante la reunión, comuníquelo de inmediato a su supervisor. Algunos ejemplos pueden ser divulgaciones de abuso o maltrato, problemas de comportamiento (y un informe de cómo se manejaron) y lesiones. También informe de inmediato los detalles de cualquier interacción que el niño, niña o adolescente pudiera interpretar como inapropiada, como un roce accidental de su mano sobre la pierna de este/esta.

Estas estrategias ayudarán a protegerlo a usted y a los niños, niñas o adolescentes con los que se reúna, permitiendo la realización de estas reuniones de manera segura y provechosa. Al convertirlas en un procedimiento estándar permitirá cuidar de mejor manera a los miembros de la comunidad.