Acceso, privacidad y control: lo que necesita un abusador para agredir sexualmente a un menor de edad
Praesidium, a través de nuestra experta, Adriana Domínguez, dictó una charla online a más de 60 directivos de establecimientos educacionales chilenos y extranjeros para capacitarlos en la prevención de este tipo de agresiones.
“Todo lo que necesita el abusador para llevar a cabo una agresión contra un menor de edad es acceso, privacidad y control. Nosotros lo llamamos el modelo APC y la buena noticia es que esas condiciones son totalmente prevenibles”, sostuvo Adriana Domínguez, senior Risk Consultant de Praesidium, durante un webinar destinado a la capacitación de equipos directivos de colegios en Chile.
El seminario fue organizado por Praesidium Chile, cuya directora ejecutiva, Ximena Schencke, destacó su alta convocatoria, “lo que demuestra el interés que existe en los colegios sobre este tema, que ha sido tan poco abordado desde el punto de vista de la prevención”, señaló.
En efecto, durante su exposición, Domínguez ahondó en la necesidad de que todos los establecimientos educacionales tengan una política de prevención, “la que, sin embargo, de nada sirve si no va acompañada de cinco pasos clave que los colegios deben abordar como herramientas. Implementar y estandarizar normas; detectar riesgo de abusos en los procesos de selección de personal; capacitar de manera apropiada en el momento preciso; supervisar y monitorear e implementar sistemas de respuesta”, indicó la experta.
Entre las normas y políticas, que deben ser conocidas por todos los miembros de la organización, Domínguez recalcó la importancia de la definición de límites entre los adultos y los menores de edad en aspectos como los afectos físicos, las interacciones verbales, los contactos fuera de clases, las comunicaciones electrónicas y redes sociales, o los regalos. “Cuando no definimos estas conductas claramente es más difícil que las personas sepan que deben intervenir y es más probable que las cosas lleguen a algo más grave”, sostuvo.
Respecto de la selección de personal, la consultora señaló que, además de la verificación de antecedentes, es aconsejable pedir y chequear las referencias personales, en búsqueda de información importante del postulante. También recomendó la realización de entrevistas personales por parte de más de un directivo, y con preguntas respecto de la conducta anterior del solicitante.
Abusos sexuales entre menores
Adriana Domínguez reveló también que en el último tiempo se ha verificado un aumento de los abusos entre menores, cuya dinámica es distinta a la que ocurre cuando el abusador es un adulto. “Los menores de edad no tienen la mentalidad del adulto de poner a prueba los límites de otro menor. Cuando existe un abuso entre niños o niñas es porque hubo un descuido, una oportunidad para que ocurra, donde alguien no puso atención, ubicaciones aisladas o actividades poco planificadas”, explicó la experta de Praesidium.
Una información importante que reveló la expositora fue un ranking de lugares dentro de los establecimientos educacionales -o del ámbito escolar- donde más ocurren estos abusos. En primer lugar, se ubican las áreas de recreación como patios, con un 33,3% de incidencias; luego los baños, con un 26,7%, seguido por camarines, con un 20% de abusos reportados. Más abajo aparecen áreas aisladas, con un 6,7% de incidencia, y piscinas y dormitorios o cabañas, con un 3,3% cada una.
Adriana Domínguez ahondó, por último, en la importancia que tienen los equipos directivos de los colegios en la gestión de estos riesgos, señalando que, de acuerdo con su experiencia, ellos pueden tomar tres actitudes: “de complacencia, que se caracteriza por pensar en que ‘esto nunca nos va a pasar a nosotros’. De cumplimiento, cuya postura es conformarse con seguir solo lo que las leyes indiquen. En estas organizaciones se tiende a minimizar las señales de alerta. Y finalmente de compromiso, que es la categoría a la que queremos llegar y cuyo principio es que la protección es una responsabilidad de todos, donde la capacitación es permanente, y los procesos de selección y evaluación son robustos. Aquí todos los miembros de la organización son parte de la prevención y tanto estudiantes como otros miembros de la comunidad escolar están protegidos por una cultura de seguridad”, concluyó.