En este momento, ningún establecimiento educacional debería considerarse inmune a que alguno de sus estudiantes sufra de abuso sexual dentro del mismo colegio: se estima que el 10% de los escolares han sido víctimas de abuso sexual dentro de organizaciones. Y aunque aproximadamente en el 85% de los incidentes las víctimas nunca denuncian, los colegios, tanto públicos como privados, están expuestos a este riesgo con todas las consecuencias que este tipo de denuncias acarrea, el daño grave a la víctima, sus efectos en su familia y amigos, el quiebre dentro de la misma comunidad escolar y el efecto en la confianza en la organización.

Praesidium ha estudiado más de 5.000 casos relacionados con acusaciones de abuso, y mediante un análisis cuidadoso hemos aprendido que el riesgo se puede prevenir si una organización adopta un enfoque sostenible e integral. La función del área de Personas de un establecimiento educacional desempeña un papel fundamental en la prevención del abuso (o de las falsas denuncias de abuso), pero toda la organización debe estar comprometida en la prevención. Los estándares de mejores prácticas deben ser claros y obligatorios. Todos deben tomar en serio las señales de advertencia y todos deben informar sus dudas o sospechas.

Algunas conclusiones:

  • En el proceso de Selección y Evaluación, la revisión del Registro de Inhabilidades y certificado de antecedentes, aunque son importantes, identifican menos del 5% de los responsables de abuso sexual, por lo que esta verificación no es suficiente.
  • Los mismos estudiantes son responsables de entre el 40% y el 50% de los abusos sexuales a otros estudiantes.
  • Los responsables de abuso sexual actúan de manera más efectiva cuando existen tres factores facilitadores: Acceso, Privacidad y Control.
  • Entre los agresores adultos, el 90% del tiempo su comportamiento es «positivo»; son profesores excepcionales para trabajar con niños, niñas o adolescentes (NNA). Esos atributos permiten a los establecimientos educacionales pasen por alto el otro 10% de sus comportamientos, que pueden ser claras señales de advertencia que pueden predecir un abuso.
  • Declaraciones como «Aquí nos conocemos a todos», “Somos como una familia” y «Nunca hemos tenido un caso», respaldan una atmósfera de complacencia.

Normas institucionales

El abuso sexual es una amenaza de baja frecuencia, pero con graves efectos y actualmente los establecimientos educacionales se concentran más bien en protocolos de respuesta, muy necesarios y exigidos por ley, pero no siempre hay una real política de prevención. El proceso de Evaluación y Selección es una valiosa oportunidad para evitar que agresores potenciales entren a trabajar a nuestro establecimiento; también es la primera línea de defensa de una institución en caso de que aparezcan denuncias. Recuerde siempre documentar todo por escrito.

Señales de advertencia en las solicitudes de empleo

Si bien ninguna señal de advertencia por sí sola es motivo de preocupación, la existencia de varias de ellas merece una atención adicional durante el proceso de evaluación y selección.

  • Brechas no explicadas en las fechas de empleos o lugares de residencia.
  • Información incorrecta, omitida y/o solicitudes incompletas.
  • Historial de trabajo inestable.
  • Razones vagas para dejar trabajos anteriores.
  • Reticencia a entregar información de antiguos jefes como referencias.
  • Relaciones a corto plazo con referencias entregadas.
  • Parecer sobrecalificado para el cargo.
  • Patrones de preferencias para trabajar con un rango de estudiantes de una edad en particular.
  • Patrones de problemas con la autoridad.
  • Patrones de dificultad para manejar situaciones estresantes.
  • Historial de vulneración de límites razonables con NNA.

Un recurso que a menudo se pasa por alto es lograr que los potenciales abusadores se “auto eliminen” del proceso de postulación al establecimiento escolar. Los agresores buscan vulnerabilidades en las organizaciones que brindan acceso a los NNA. Si una organización es explícita en su política de tolerancia cero en sus entrevistas de empleo, en su sitio web, en conversaciones, es menos probable que los atraiga continuar su postulación conociendo los valores de su establecimiento educacional y las precauciones que se  toman para proteger a los NNA.

Haga preguntas de entrevista basadas en el comportamiento, que exploren las reacciones reales de los candidatos en el pasado es decir “Cómo actuó en una situación particular con un NNA? en vez de “Cómo responderían si se enfrentara una situación hipotética”. Estas preguntas generalmente comienzan con: “Hábleme de un momento. . . «O» ¿Cómo lo hizo? . . ? ”El mejor predictor del comportamiento futuro es el comportamiento pasado.

Es clave que las áreas de Personas desempeñen un papel de liderazgo en la implementación y estandarización de políticas y procedimientos relacionados con la seguridad y prevención del abuso en los estudiantes. Cada establecimiento debe definir sus propios límites y expectativas, en función de su cultura y misión. Esforzarse por crear una «memoria institucional» que defina claramente los límites y las expectativas y brinde capacitación continua ayudando a todos los colaboradores, padres/madres/tutores, estudiantes, etc., a identificar y responder de manera similar y asegurar de socializar este conocimiento ampliamente.

Esto ayuda a tener claras las políticas en caso de ver a un colega enviando mensajes de texto a un estudiante o reuniéndose con un alumno a puertas cerradas. Las políticas estandarizadas también pueden evitar que ciertos comportamientos que pueden parecer inofensivos individualmente se eleven al nivel de abuso.