Una buena convivencia escolar no es fruto de la casualidad, esta debe ser trabajada día a día en los colegios a través de la gestión de la Convivencia Escolar: un proceso colaborativo que busca diseñar, implementar y evaluar políticas, acciones, prácticas y actividades sobre las interacciones y relaciones que se producen en el contexto escolar.
El “plan de gestión” de la Convivencia Escolar busca definir acciones dirigidas a motivar a los miembros de la comunidad educativa en torno al logro de una convivencia pacífica. Todas las actividades deben promover el resguardo de los derechos de niños, niñas y adolescentes, el respeto y el fortalecimiento de la resolución de los conflictos a partir del diálogo, buscando:
- Promover los modos de convivir que se espera lograr en los miembros de la comunidad educativa. (Convivencia basada en un trato respetuoso, inclusivo, colaborativo y resolución pacífica de conflictos).
- Actuar de manera preventiva y formativa cuando se producen problemas en la convivencia.
El proceso educativo se basa en la confianza y la expectativa básica es que un colegio proporcionará un entorno seguro para sus estudiantes. El comportamiento sexual inapropiado de cualquier miembro de la comunidad en este contexto no solo destruye la confianza en el colegio, sino que impide que su propósito central, la educación, se desarrolle de manera adecuada. Son los equipos directivos de los colegios quienes deben prepararse para la prevención de los abusos, en especial sabiendo que un abuso puede ocurrir en cualquier establecimiento educativo, sin importar su tamaño, ubicación geográfica ni nivel socioeconómico.
El abuso es un delito que se puede prevenir con el compromiso y trabajo de todos y cada uno de los miembros de la comunidad educativa, incluyendo a equipos directivos, docentes, asistentes de la educación, padres/apoderados, alumnos y otras partes interesadas. Para lograr este objetivo, los colegios deben desarrollar e implementar medidas que busquen disminuir el acceso, la privacidad y el control que los agresores aprovechan para dañar a un estudiante. Entre las medidas necesarias para evitar que estos hechos ocurran, deben incluirse protocolos de prevención y respuesta que deben ser claros y concretos sabiendo que en los colegios existe una gran variedad de oportunidades para prevenir el riesgo de un abuso sexual.
La prevención del abuso no es una acción o un protocolo que se utiliza ante una situación específica y luego se guarda. Para que una organización logre prevenir este tipo de agresiones de manera efectiva, sus miembros deben realizar a diario un trabajo comprometido y coordinado entre toda la comunidad educativa, para así sentar bases sólidas de una Cultura de Seguridad dentro del colegio, que no solo proteja a los estudiantes de abusos, sino también a los docentes y asistentes de la educación de falsas acusaciones.