Una agresión sexual puede ser la experiencia más dolorosa y difícil que puede sufrir una persona. Es un impacto que acompañará a la víctima durante toda su vida: como hijo o hija, como padre o madre, como pareja, en su trabajo; sus consecuencias son tan profundas que más que hablar de víctimas, lo más apropiado sería llamarlos sobrevivientes.
Es por ello que si sospecha que su hijo o hija ha sufrido un abuso, y existe la posibilidad de que quiera compartir con usted esta desgarradora experiencia, es necesario estar preparado, en particular, para acogerlo en su dolor.
Aunque puede ser muy difícil, es importante tratar de mantener la calma cuando hable con ellos. Su primera respuesta tendrá un gran impacto, porque si perciben alarma o disgusto por lo que pasó, tal vez dejen de hablar. Hay que recordar que el comportamiento siempre comunicará más que las palabras y reacciones de rabia o desesperación no ayudan frente a estas circunstancias.
Aspectos por considerar antes de hablar con su hijo/a sobre temas delicados
- El momento del día y la atmósfera. Elija una ocasión tranquila y privada para hablar con su hijo/a.
- Asegúrese de estar listo/a. Esté tranquilo/a y emocionalmente controlado/a. El niño/niña debe percibir que está abierto/a a discutir este tema y que puede enfrentar lo que surja de su relato, no importa lo que sea.
- Considere que es posible que su hijo/a no esté listo/a para hablar del tema, no lo presione. Hágale saber que usted está ahí para él/ella y que puede acudir a usted en cualquier momento.
- No haga que la conversación sea hiriente o ansiosa. Mantenga siempre la tranquilidad ya que esa actitud aumenta las posibilidades de que su hijo/hija busque su consejo en el futuro.
Cómo comenzar, desarrollar y finalizar la conversación
- Inicie la conversación diciendo simplemente que desea hablar con él/ella sobre algo importante. «¿Podemos hablar sobre algo que creo es importante?». “¿Podemos conversar sobre algunos cambios que hemos visto en ti? Queremos apoyarte.”.
- Créale. Un abuso es una vivencia terrible y los expertos concuerdan en que los niños o niñas muy raramente mienten cuando cuentan una experiencia de este tipo de manera espontánea a alguien de su confianza. Los niños o niñas no suelen fantasear sobre lo que no han experimentado, cuando un niño o niña describe en forma detallada y vívida una experiencia de abuso, no es posible atribuirla a su imaginación. Según estadísticas internacionales, en menos del 5% de los casos, las denuncias son falsas.
- Pregunte si usted y su hijo/a quieren seguir hablando, muéstrese receptivo, pero no inquisitivo; evite revictimizarlo/a. “Cuéntame más si quieres, te escucho”. Su hijo/a puede sentirse incómodo, por lo que debe hacer todo lo posible para tranquilizarlo/a. Sentarse cerca, usar un tono de voz tranquilo, darle un abrazo, mantener sus manos tomadas son actitudes que les pueden ayudar. Si su hijo/a deja de hablar o se enoja, continúe consolándolo/a solo con gestos, no palabras. Espere a que esté listo/a nuevamente.
- Si su hijo/a comparte información acerca de un abuso, evite decirle: “¿Por qué no me dijiste antes?”. Deje que siga hablando. Dígale lo orgulloso/a que está de que haya hablado de esta situación con usted: “Sé que es difícil hablar de estos temas, pero queremos que estés seguro/a de que siempre te apoyaremos, no importa lo que pase”. ¿Te gustaría que continuáramos esta conversación con ayuda adicional, como un especialista o sicólogo?
- Después de la conversación es aconsejable escribir notas sobre el relato mientras aún está fresco en su mente. Si los hechos relatados por su hijo/a son constitutivos de delitos, cualquier persona, y no solo el padre o la madre, pueden denunciarlos. Para informar dudas o sospechas de abuso, comuníquese con la Fiscalía de la Zona, Carabineros o PDI.