En el último tiempo, la Policía de Investigaciones ha recibido un promedio anual de 2.300 denuncias por abuso sexual infantil en línea, asociado a ciberacoso, grooming, ciberbullying y sexting. Si bien lo más común es que este tipo de abuso suceda en redes sociales o aplicaciones de mensajería instantánea, en algunos casos la interacción también puede surgir en un juego virtual.

Según datos de Praesidium Chile, en nuestro país uno de cada tres niños, niñas o adolescentes ha sufrido ciberacoso, por lo que, tanto padres como colegios, deben estar alertas. Como consultora, Praesidium aconseja a los establecimientos contar con protocolos de prevención –eficientes, actualizados y conocidos por todos los miembros de la comunidad – que permitan proteger a los niños, niñas y adolescentes de este tipo de acosos, y evitarlos a tiempo.

Para que los padres pueden prevenir el ciberacoso, en el caso de los más pequeños “se deben establecer reglas y horarios de conexión. Es importante que la interacción en la web sea realizada en los lugares comunes del hogar y que se evite el aislamiento en espacios privados, como los dormitorios o piezas con la puerta cerrada”.  Además, sugiere educar sobre la importancia de no aceptar en redes sociales a personas desconocidas y utilizar contraseñas seguras. “Un método eficiente es decirles a los hijos que antes de subir una foto a sitios públicos, se pregunten: ¿me gustaría que esta foto la vieran mis papás, abuelos o hermanos? Si la respuesta es no, o no están seguros, entonces es mejor que no la publiquen”, afirma.

En el caso de los adolescentes, asegura que la clave no es prohibir el uso de los dispositivos, sino acompañar la navegación sin invadir el espacio personal. Estas son sus recomendaciones para prevenir el ciberacoso:

1) Generar confianza: Es fundamental que los menores confíen en sus padres o apoderados para que, si les llega a pasar algo, les informen de inmediato; el poder del abusador se acaba si el acoso se revela. Si cree que un niño, niña o adolescente está siendo acosado, o que él o ella es un acosador/a, es necesario conversar de inmediato con él o ella, para en conjunto, buscar formas para resolver el problema, involucrando también al colegio o escuela y, eventualmente, consultando con un sicólogo especializado.

2) Establecer límites: Es necesario fijar horarios y tiempo máximo para estar en línea y tipo de fotos a publicar, y como obligación, no publicar nunca información personal. Es importante que niños, niñas y adolescentes sepan crear contraseñas seguras, que las cambien con regularidad, y que siempre configuren sus perfiles como «privados». Algo muy importante es que nunca acepten mensajes o solicitudes de amistad de personas que no conozcan personalmente, además de no distribuir rumores en línea, ni reenviar mensajes negativos, o que marquen “me gusta” a publicaciones agresivas.

3) Reconocer las señales: Un niño, niña o adolescente víctima de ciber acoso es como cualquier otro: muchas veces, no quiere contar acerca de su día ni hablar demasiado con sus padres; sin embargo, otras señales, como pérdida de interés en sus actividades favoritas, baja repentina en sus notas, dar excusas para no asistir a clases y cambios en los hábitos de sueño o alimentación, pueden ser signos de que algo no está bien. Es importante estar especialmente alerta si también hay una repentina falta de interés en usar dispositivos electrónicos o una tendencia a enojarse después de estar en línea o usar su celular o tablet.

4) Enseñar a denunciar, pero nunca a responder al acosador: Una encuesta acerca del comportamiento de menores en línea reveló que casi el 60% de los niños, niñas y adolescentes que usan las redes sociales, han sido testigos de alguna forma de acoso, y que la mayoría no hizo nada al respecto. Es importante que alumnos/alumnas sepan que, si observan estos ataques, informen a sus padres o profesores. En el caso de ser acosados, deben ignorar los ataques, avisar a adultos responsables y nunca responder.

5) Comprender el alcance: Los sitios de redes sociales pueden ser etapas previas del abuso sexual; dado que el 95% de los niños, niñas y adolescentes usan celulares, existe un potencial de daño mucho mayor. Aunque el acoso se inicie en Facebook, Twitter o en cualquier otra red social, puede terminar en un abuso sexual en el mundo real.

6) Conservar la evidencia: En algunos casos, el acoso puede constituir un delito y las pruebas son necesarias para denunciar ante las autoridades. Actúe de inmediato si cree que su hijo, hija o estudiantes es víctima de ciberacoso. Hable con él o ella y guarden copias de todas las publicaciones, mensajes y comunicaciones del acosador con capturas de pantalla o fotos en el celular, además de registrar hora y fecha y cualquier otra información relevante.