En los últimos diez años, los estudios han demostrado un aumento drástico en los casos de abuso sexual entre pares, es decir entre niños, niñas y adolescentes, en los que se produce un comportamiento sexual potencialmente dañino. Esta conducta se puede definir como “comportamientos iniciados por niños, niñas o adolescentes que involucran partes sexuales del cuerpo y que son inapropiados o potencialmente dañinos para ellos mismos o para los demás”.

Sin embargo, no existe una línea clara entre lo que se considera un comportamiento sexual “problemático” y uno “normal”, lo que a menudo conduce a una ambigüedad dentro de las organizaciones que atienden a niños, niñas y adolescentes, por lo que es necesario que estas desarrollen políticas y normas específicas de prevención y respuesta en torno a este tipo de incidentes.

Prevención del abuso entre pares

Las organizaciones que atienden a usuarios infantiles y adolescentes, como escuelas, campamentos, iglesias, programas deportivos, etc. corren un mayor riesgo de conductas sexuales dañinas entre pares.

Para esto, Praesidium recomienda:

  • Identificar actividades de alto riesgo, en especial aquellas que involucren algún grado de desnudez o sean espacios arquitectónicos complejos de supervisar, como por ejemplo:
    • Uso de baños
    • Camarines o vestidores
    • Lugares de difícil monitoreo en estructuras de juego
    • Escaleras
    • Salas en desuso
    • Transición entre actividades
    • Juegos en grupo
    • Actividades en línea
    • Salidas programadas fuera del establecimiento
  • Desarrollar normas y protocolos para controlar el riesgo de abuso en estas actividades.
  • Capacitar a los colaboradores y voluntarios en estas normas para darles herramientas sobre cómo reconocer y cómo actuar frente a estas situaciones.
  • Reforzar los planes de monitoreo y supervisión de estas áreas y actividades. Estos pueden incorporar procedimientos como la definición del número de colaboradores por cada niño, niña y adolescente, monitoreo por zonas, establecimiento de áreas restringidas con acceso solo a adultos, la implementación de actividades estructuradas y consistentes, etc.

Respondiendo al abuso entre pares

La manera en que una organización responde a este tipo de incidentes de abuso, puede hacer la diferencia en las consecuencias que este hecho tenga tanto en las víctimas como en los miembros de la comunidad y la organización en general. Para esto es clave desarrollar un protocolo de respuesta por escrito, que sea claro y esté centrado en la víctima, además de capacitar a los responsables en este protocolo.

Este procedimiento de respuesta debe incorporar las siguiente acciones:

  • Interrumpir de inmediato el comportamiento. No intente averiguar si el hecho aparenta ser “normal para la edad” o es abuso, es igualmente inaceptable.
  • Explicar por qué el comportamiento no es apropiado
  • Informar a su supervisor o administrador
  • Informar a las autoridades en caso de denuncia obligatoria
  • Documentar el comportamiento
  • Informar a los padres, madres y apoderados si así se decide.
  • Si el mismo comportamiento se observa nuevamente, definir en equipo un plan de más largo plazo frente a la situación.