Fin de año escolar, es tiempo de actividades como campamentos, excursiones y talleres de verano. Con el fin de proporcionar a los niños, niñas y adolescentes (NNA) y al personal a cargo experiencias seguras y entretenidas, los que lideran estas actividades deben saber cómo reconocer aquellas que son de alto riesgo y cómo implementar las mejores prácticas para prevenir el abuso.

Para comenzar a evaluar la organización de estas actividades, revise:

Interacciones uno a uno:

Las mejores prácticas de prevención del abuso incluyen siempre seguir la «regla de tres o más». Nunca debe haber un adulto solo con un NNA. Sin embargo, reconocemos que a veces las interacciones uno a uno son inevitables. Es por eso que es importante capacitar a los consejeros sobre qué hacer si se encuentran en una situación individual con un campista.

Edad del Personal Responsable:

La edad de los encargados plantea otro riesgo. Hace apenas un año, los encargados de 18 años eran campistas de 17 años. Su adecuada capacitación debe lograr que pueda establecer los límites inherentes a su nueva posición al avanzar de un participante a un encargado.

Personal Responsable en formación:

Los programas pueden proporcionar experiencias invaluables para los NNA. Sin embargo, es primordial que estas actividades tengan estructura. Los encargados en formación nunca deben tener la responsabilidad de supervisar a los NNA y nunca deben estar en los baños o vestuarios al mismo tiempo que los participantes. Los encargados en capacitación pueden asumir como el segundo par de ojos y oídos para alertar al liderazgo de cualquier problema.

Baños y duchas:

Los líderes de los campamentos a menudo cuestionan si los encargados deben estar presentes en los camarines o en los vestuarios para prevenir el abuso entre pares. La mejor manera de manejar el riesgo de abuso en esta situación es hacer que los encargados se ubiquen lo suficientemente cerca del área de vestuario o de duchas, para escuchar lo que está sucediendo, pero no estar directamente dentro de esta área. Además, los encargados deben ducharse en diferentes momentos que los campistas.

Transiciones y tiempos libres:

Durante la transición y los tiempos libres, a menudo se instruye a los encargados para que «vigilen a todos». Sin embargo, esta instrucción puede resultar en que «nadie mire a nadie». Cuando los campistas rotan entre actividades, el personal debe ser asignado a ciertas áreas o actividades o campistas en particular para asegurarse de que los participantes vayan a los lugares adecuados. El personal debe monitorear dónde se supone que deben ir los NNA y confirmar que lleguen a tiempo con controles de asistencia al comienzo de las actividades. Además, acompañar a los participantes en grupos minimiza el riesgo.

Pernoctaciones:

Sin políticas y directrices adecuadas, las pernoctaciones se convierten en actividades de alto riesgo. Los campamentos diurnos que tienen sesiones nocturnas o viajes de campamento nocturnos lejos de la cabaña pueden conducir a una posible exposición al abuso para los campamentos. Asegúrese de que las políticas que rigen durante la noche aborden dónde duermen los encargados, cuánto tiempo deben permanecer despiertos los encargados y cuáles son los arreglos para dormir para los NNA. Asegúrese de incluir también procedimientos para ir al baño.

Cabañas o dormitorios:

Dentro de las cabañas, las camas de los encargados deben estar posicionadas para minimizar los posibles riesgos de abuso. No permita que los campistas o encargados duerman en la cama o sacos de dormir de otra persona. Además, asegúrese de que el personal continúe monitoreando las cabañas después de que los campistas estén dormidos.

Transporte:

El transporte representa un riesgo potencial para los campamentos, excursiones o talleres de verano, especialmente cuando incluye campistas de diferentes grupos de edad. Al transportar campistas, sepárelos según género y edad. Además, la ubicación estratégica de los encargados en el vehículo puede ayudar a minimizar los riesgos de abuso. Si la capacidad lo permite, los encargados deben sentarse solos y al menos un encargado debe sentarse en la parte de atrás observando a todo el grupo.

Identificar y abordar estas diferentes actividades de alto riesgo puede ayudar al liderazgo a fomentar una cultura de seguridad y garantizar que los campistas y encargados tengan una gran experiencia en el campamento, excursión o taller de verano.